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martes, 1 de julio de 2014

Pico del Lucero (6-11-13)

El pico del Lucero. Últimas rampas de subida
El pico del Lucero se ve desde todas las provincias de Andalucía (y desde él se pueden ver) salvo desde Huelva y, creo, que desde Sevilla. Se ve desde y desde el se ve dos continentes y tratado de Utrech mediante (Gibraltar), tres países (no puedo asegurar el cuarto, Argelia).  Y no sólo es que se vea desde todas partes, es que su forma de pirámide afilada lo hace inconfundible. Se ve desde tantos sitios que rara es la excursión en la que no lo veamos. No había más remedio que subir allí. El único problema para llegar los catorce o quince kilómetros de pista forestal de tierra hasta su base que hay desde la Resinera y que no permiten llegar con un turismo.

El pico del Lucero (a la izquierda) desde la Boca de la Pescá

El pico del Lucero desde el cerro Huenes

El Pico del Lucero desde Sierra Blanca en Marbella (detrás Sierra Nevada)


El pico del Lucero o Raspón de los Moriscos está en la Sierra de Almijara. Por la cumbre pasa el límite provincial de Granada y Málaga. Al norte el Temple, al sur la Axarquía. Tiene 1774 metros de altura pero su cercanía al mar hace que esta altura se despeñe por barrancos vertiginosos en muy pocos kilómetros.

En montes tan ásperos encontraron refugio fugitivos y montaraces de toda época, desde los moriscos de la rebelión de 1568-70 a los guerrilleros maquis de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Precisamente la vereda por la que se sube se construyó para llegar al puesto de la guardia civil que se construyó en el pico para vigilarlos. Es una vereda bien hecha pero que atraviesa lugares inverosímiles necesitando fuertes pendientes y bordeando tremendos tajos.

El paisaje está dominado por arenas dolomíticas del tipo de las que rodean el Trevenque. Estos suelos son muy malos para la vegetación que en numerosas zonas es escasa lo que aumenta la sensación de verticalidad del relieve. Donde el suelo pierde esta característica prolifera la vegetación propia de estas sierras: pinos, encinas, sabinas, enebros, majuelos en las zonas más húmedas y resguardadas, romero, espliego, etc.

Comprobando la ruta

Primeras rampas

Se va asomando la cumbre

Conforme ganamos altura, Sierra Nevada, sin nieve en un otoño seco y caluroso


La excursión nuestra fue el seis de noviembre de 2013. Un otoño muy seco, muy caluroso en su inicio y muy frío en su final. Este día la temperatura era más propia de finales de septiembre que de noviembre. El día despejado pero no del todo limpio, con calimas difuminando el horizonte. Tras perdernos y perder un rato en Armilla y desayunar mal (ya lo evitamos) en el Restaurante Boabdil en el cruce de la Malahá (han llegado a ponernos en la tostada tomate de bote) llegamos a la Resinera comenzando allí el camino de tierra. Son bastantes kilómetros que se hacen largos por la poca velocidad. Eso unido a lo de Armilla hizo que empezáramos tarde la caminata. Por suerte y para compensar su perfil violento el sendero no es muy largo, unos seis kilómetros.

Saltando el primer collado, el Lucero y el Lucerillo


El camino tiene guardada una sorpresa para el caminante primerizo y que no se haya estudiado la ruta. Pegado al  Lucero hay una especie de réplica a menor escala que llaman el Lucerillo. Al llegar al collado de su base, de pronto, aparece de frente el mar: la costa de Nerja y Torrox abajo y arriba África, Marruecos, Berbería, el Moro, que de todas esas formas se conoce. En medio el mar de Alborán y los barcos que van y vienen del Estrecho. Y digo África arriba porque la sensación óptica es que hay que levantar la vista para verla. Pedro Antonio de Alarcón ya mencionaba este fenómeno (que está provocado por la curvatura del planeta) en su Viaje a la Alpujarra. Hoy aunque el día no es tan claro como en otras ocasiones se distinguen  perfectamente los perfiles del Rif al otro lado del mar. A un extremo, perdidas entre la bruma (las fotos me salieron útiles como prueba documental pero malas y feas por lo que no las pongo y habrá que fiarse de mi), en el horizonte mas lejano, digo, las columnas que puso Hércules para marcar el fin del mundo, l que luego llamaron Jebel Tarik y Jebel Musa y que hoy conocemos como Gibraltar y Ceuta (en Marruecos se sigue llamando Jebel Musa). Es decir, Estrecho.


Africa, Marruecos, Berbería, el Moro, que de todas esas formas se conoce



Los barcos que van y vienen del Estrecho

La Axarquía malagueña asomándose a la otra orilla africana

Bueno. Y ahora a terminar de subir, que no llegamos nunca a este paso

Reanudamos el camino...

La verea se endurece

Paredones de dolomías

Hacia el mar los barrancos son tremendos

Ultimas rampas

Como se queja Julio de las cuestas. Yo creo que ya es pose...


Las últimas rampas son tan verticales y tan “aéreas” que parece que subimos por el exterior de un rascacielos o de una chimenea de fábrica o por el filo de una terraza sin baranda. Arriba, en la poca superficie que hay en la cumbre,  las ruinas del cuartelillo de la Benemérita. Y Sierra Nevada, sin nieve en este otoño seco, delante y a la izquierda Sierra Mágina en Jaén,  a la derecha la Sierra de Gádor en Almería. A un lado el pantano de los Bermejales y Játar y Arenas del Rey, al otro, entre barrancos, el río Chillar y Nerja y el mar.

Por fin la cumbre

A la izquierda Sierra Mágina, Sierra Nevada a la derecha

Hacia la costa de Granada las barranqueras son pavorosas

Sierra Nevada a la izquierda, a la derecha sierra de Lújar y en el centro la sierra de Gádor en Almería

La Resinera, antiguo poblado maderero incendiado dicen que a propósito

Pantano de los Bermejales

Las ruinas del puesto de la guardia civil

Mar de Alborán y Alhucemas al fondo

Axarquía, Montes de Málaga, Sierra Blanca Sierra de las Nieves... casi toda la provincia

Allí abajo, Nerja

Jose Carlos de fotógrafo

La Concha, encima de Marbella, Sierra Bermeja en Estepona a su derecha y debajo Málaga y el Guadalhorce

Veleta y Mulhacén. Delante de él, El Caballo

La inmensidad del horizonte

Javier en el precipicio



Quizá sea al volver, al mirar desde arriba el camino, cuando más impresionan las cuestas y precipicios. El camino parece trazado con mala intención por las crestas más afiladas. No sería bueno aquí perder pie. Pero a las excursiones les pasa como a los santos, que todas tienen octava y en nuestro caso siempre esperada y deseada. Lo dice la segunda intención del título del blog.

Hay que volver que ya va haciendo hambre


Al bajar es cuando mejor se ve adónde hemos subido


Como para perder pie

Una última vista de Torremolinos y la bahía de Málaga



Que hambre! Al olor de la comida se hace eterno el camino terrizo de la vuelta! Vamos a Játar y parece que vamos al fin del mundo… Lo nuestro ya es necesidad. En la plaza del pueblo de Játar y no tiene pérdida ninguna, está el Bar los Ángeles. Nos lo habían recomendado especialmente por su choto. Pero como nos dijo el atento barista el choto tiene tiro en los fines de semana y estábamos a miércoles. Si se ponían a prepararlo comíamos a las cuatro y claro, hubo que resignarse. Así que no lo pudimos confrontar  con el frito con ajos del Bar Marisol en Quesada, el mejor que hemos probado al decir de algunos.  Pero no hay cuidado, comimos estupendamente, bien atendidos y a precios razonables. A mi lo que más me llamó la atención fue una tapa de queso acompañada de pasas. La combinación me pareció buenísima y las pasas estaban crujientes y buenísimas. Se nota que al otro lado de la vertiente está la Axarquía.


Que ricas las pasas...

El bar está en la plaza

La morcilla que nunca falte

Todo rico y servido con amabilidad

Pues eso, el Bar Los Ángeles

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