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El pico del Lucero. Últimas rampas de subida |
El
pico del Lucero se ve desde todas las provincias de Andalucía (y desde él se
pueden ver) salvo desde Huelva y, creo, que desde Sevilla. Se ve desde y desde
el se ve dos continentes y tratado de Utrech mediante (Gibraltar), tres países
(no puedo asegurar el cuarto, Argelia).
Y no sólo es que se vea desde todas partes, es que su forma de pirámide
afilada lo hace inconfundible. Se ve desde tantos sitios que rara es la
excursión en la que no lo veamos. No había más remedio que subir allí. El único
problema para llegar los catorce o quince kilómetros de pista forestal de
tierra hasta su base que hay desde la Resinera y que no permiten llegar con un
turismo.
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El pico del Lucero (a la izquierda) desde la Boca de la Pescá |
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El pico del Lucero desde el cerro Huenes |
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El Pico del Lucero desde Sierra Blanca en Marbella (detrás Sierra Nevada) |
El
pico del Lucero o Raspón de los Moriscos está en la Sierra de Almijara. Por la
cumbre pasa el límite provincial de Granada y Málaga. Al norte el Temple, al
sur la Axarquía. Tiene 1774
metros de altura pero su cercanía al mar hace que esta
altura se despeñe por barrancos vertiginosos en muy pocos kilómetros.
En
montes tan ásperos encontraron refugio fugitivos y montaraces de toda época,
desde los moriscos de la rebelión de 1568-70 a los guerrilleros maquis de los años
cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Precisamente la vereda por la que se
sube se construyó para llegar al puesto de la guardia civil que se construyó en
el pico para vigilarlos. Es una vereda bien hecha pero que atraviesa lugares
inverosímiles necesitando fuertes pendientes y bordeando tremendos tajos.
El
paisaje está dominado por arenas dolomíticas del tipo de las que rodean el
Trevenque. Estos suelos son muy malos para la vegetación que en numerosas zonas
es escasa lo que aumenta la sensación de verticalidad del relieve. Donde el
suelo pierde esta característica prolifera la vegetación propia de estas
sierras: pinos, encinas, sabinas, enebros, majuelos en las zonas más húmedas y
resguardadas, romero, espliego, etc.
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Comprobando la ruta |
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Primeras rampas |
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Se va asomando la cumbre |
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Conforme ganamos altura, Sierra Nevada, sin nieve en un otoño seco y caluroso |
La
excursión nuestra fue el seis de noviembre de 2013. Un otoño muy seco, muy
caluroso en su inicio y muy frío en su final. Este día la temperatura era más
propia de finales de septiembre que de noviembre. El día despejado pero no del
todo limpio, con calimas difuminando el horizonte. Tras perdernos y perder un
rato en Armilla y desayunar mal (ya lo evitamos) en el Restaurante Boabdil en
el cruce de la Malahá (han llegado a ponernos en la tostada tomate de bote)
llegamos a la Resinera comenzando allí el camino de tierra. Son bastantes
kilómetros que se hacen largos por la poca velocidad. Eso unido a lo de Armilla
hizo que empezáramos tarde la caminata. Por suerte y para compensar su perfil
violento el sendero no es muy largo, unos seis kilómetros.
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Saltando el primer collado, el Lucero y el Lucerillo |
El
camino tiene guardada una sorpresa para el caminante primerizo y que no se haya
estudiado la ruta. Pegado al Lucero hay
una especie de réplica a menor escala que llaman el Lucerillo. Al llegar al
collado de su base, de pronto, aparece de frente el mar: la costa de Nerja y
Torrox abajo y arriba África, Marruecos,
Berbería, el Moro, que de todas esas formas se conoce. En medio el mar de Alborán y los barcos que van y vienen del
Estrecho. Y digo África arriba porque la sensación óptica es que hay que
levantar la vista para verla. Pedro Antonio de Alarcón ya mencionaba este
fenómeno (que está provocado por la curvatura del planeta) en su Viaje a la
Alpujarra. Hoy aunque el día no es tan claro como en otras ocasiones se
distinguen perfectamente los perfiles
del Rif al otro lado del mar. A un extremo, perdidas entre la bruma (las fotos
me salieron útiles como prueba documental pero malas y feas por lo que no las
pongo y habrá que fiarse de mi), en el horizonte mas lejano, digo, las columnas
que puso Hércules para marcar el fin del mundo, l que luego llamaron Jebel
Tarik y Jebel Musa y que hoy conocemos como Gibraltar y Ceuta (en Marruecos se
sigue llamando Jebel Musa). Es decir, Estrecho.
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Africa, Marruecos, Berbería,
el Moro, que de todas esas formas se conoce |
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Los barcos que van y vienen del Estrecho |
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La Axarquía malagueña asomándose a la otra orilla africana |
Bueno. Y ahora a terminar de subir, que no llegamos nunca a este paso
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Reanudamos el camino... |
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La verea se endurece |
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Paredones de dolomías |
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Hacia el mar los barrancos son tremendos |
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Ultimas rampas |
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Como se queja Julio de las cuestas. Yo creo que ya es pose... |
Las
últimas rampas son tan verticales y tan “aéreas” que parece que subimos por el
exterior de un rascacielos o de una chimenea de fábrica o por el filo de una
terraza sin baranda. Arriba, en la poca superficie que hay en la cumbre, las ruinas del cuartelillo de la Benemérita.
Y Sierra Nevada, sin nieve en este otoño seco, delante y a la izquierda Sierra
Mágina en Jaén, a la derecha la Sierra
de Gádor en Almería. A un lado el pantano de los Bermejales y Játar y Arenas
del Rey, al otro, entre barrancos, el río Chillar y Nerja y el mar.
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Por fin la cumbre |
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A la izquierda Sierra Mágina, Sierra Nevada a la derecha |
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Hacia la costa de Granada las barranqueras son pavorosas |
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Sierra Nevada a la izquierda, a la derecha sierra de Lújar y en el centro la sierra de Gádor en Almería |
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La Resinera, antiguo poblado maderero incendiado dicen que a propósito |
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Pantano de los Bermejales |
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Las ruinas del puesto de la guardia civil |
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Mar de Alborán y Alhucemas al fondo |
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Axarquía, Montes de Málaga, Sierra Blanca Sierra de las Nieves... casi toda la provincia |
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Allí abajo, Nerja |
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Jose Carlos de fotógrafo |
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La Concha, encima de Marbella, Sierra Bermeja en Estepona a su derecha y debajo Málaga y el Guadalhorce |
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Veleta y Mulhacén. Delante de él, El Caballo |
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La inmensidad del horizonte |
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Javier en el precipicio |
Quizá
sea al volver, al mirar desde arriba el camino, cuando más impresionan las
cuestas y precipicios. El camino parece trazado con mala intención por las
crestas más afiladas. No sería bueno aquí perder pie. Pero a las excursiones
les pasa como a los santos, que todas tienen octava y en nuestro caso siempre
esperada y deseada. Lo dice la segunda intención del título del blog.
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Hay que volver que ya va haciendo hambre |
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Al bajar es cuando mejor se ve adónde hemos subido |
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Como para perder pie |
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Una última vista de Torremolinos y la bahía de Málaga |
Que
hambre! Al olor de la comida se hace eterno el camino terrizo de la vuelta!
Vamos a Játar y parece que vamos al fin del mundo… Lo nuestro ya es necesidad.
En la plaza del pueblo de Játar y no tiene pérdida ninguna, está el Bar los
Ángeles. Nos lo habían recomendado especialmente por su choto. Pero como nos
dijo el atento barista el choto tiene tiro en los fines de semana y estábamos a
miércoles. Si se ponían a prepararlo comíamos a las cuatro y claro, hubo que
resignarse. Así que no lo pudimos confrontar
con el frito con ajos del Bar Marisol en Quesada, el mejor que hemos
probado al decir de algunos. Pero no hay
cuidado, comimos estupendamente, bien atendidos y a precios razonables. A mi lo
que más me llamó la atención fue una tapa de queso acompañada de pasas. La
combinación me pareció buenísima y las pasas estaban crujientes y buenísimas.
Se nota que al otro lado de la vertiente está la Axarquía.
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Que ricas las pasas... |
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El bar está en la plaza |
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La morcilla que nunca falte |
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Todo rico y servido con amabilidad |
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Pues eso, el Bar Los Ángeles |
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