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sábado, 18 de octubre de 2014

Cuevas y Trincheras


Cueva de los Mármoles


Excursión por la sierra de Huétor. Como excusa la vista de algunas cuevas y trincheras que tanto abundan en la zona. Acabados los calores del verano ya se puede volver a las alturas medianas, más accesibles y cómodas. Volvemos a la Sierra de Huétor, más cómoda de acceso, ahí al lado: basta coger el coche hacer unos cuantos kilómetros y empezar a andar. La excusa de esta excursión es repetir con alguna variante la ruta fundacional de este grupo, la visita de algunas de las cuevas y trincheras que tanto abundan en esta zona. Al final la búsqueda de la morcilla de Beas. Ya se que alguno dice que parecemos Labordeta y la verdad es que no se si lo dicen por ir andando, por ir comiendo, por ir gastando ese genio o por todo a la vez.

12 kilómetros y medio de ruta circular con principio y final en el barranco de la Umbría que está al poco de pasar el centro de visitantes de Puerto Lobo. Un desnivel acumulado de 540 metros y buen camino, casi todo pista forestal y cuando no, veredas bien marcadas.

Barranco de la Umbría

Preparando la partida

Bajando hacia el Darro

Entre pinares

Camino de pistas forestales

Las primeras lluvias, aunque todavía escasas, ya han limpiado la atmósfera y sobre todo, han lavado el polvo asfixiante del verano de las plantas, de las hojas de los árboles. Empieza la cuenta atrás para la otoñada. Lo anuncian las majoletas, tapaculos y uvas del agracejo. Los chopos son los primeros en amarillear.

Uvas maduras de agracejo

Chopos en el barranco que baja de Los Peñoncillos

Reflejo en el Darro

Todavía le queda al otoño para entrar


Durante los años cuarenta se repoblaron estas sierras con pinos. Hoy las entresacas y aclareos están permitiendo que se regenere poco a poco la vegetación autóctona, recuperando un paisaje vegetal mucho más variado y natural, sin ese aire de cultivo artificial que suelen tener los pinares repoblados.

Pinares "modernos"

Antigua zona de recreo

Caminando a la vista del Veleta

Repoblaciones exóticas de cedros y sequoias en la zona de Bolones
Camino de la fuente de la Teja


 El terreno de esta sierra es calizo, kárstico, con abundantes dolinas y cuevas. Muchas de ellas, como la del Gato, han sido utilizadas como refugios y están bastante maltratadas, con las estalactitas destrozadas y mucha suciedad acumulada. La cueva de más fácil acceso y por tanto más conocida y visitada,  es la del Agua, encima de la Alfagüara. Bastante más escondida, perdida en los peñascales que quedan por encima de la fuente de la Teja, está la llamada de los Mármoles. Su estado es bastante aceptable y limpio pues su visita es bastante menos cómoda.  A su amplia sala interior se accede por una oquedad que permite el paso cómodo de una persona. Debió de ser un buen refugio para caminantes y pastores. 


Cueva de los Mármoles

Interior

José Carlos accediendo a la cueva

La sala es amplia y alta, ofreciendo un refugio cómodo

Pero no faltan estalactitas rotas


Otro de los atractivos de esta sierra son las trincheras y fortines de la Guerra Civil. Tras un primer intento republicano de alcanzar Granada con una columna salida de Guadix y que quedó bloqueada en Huétor-Santillán, el frente quedó prácticamente fijo a la altura del Puerto de la Mora. Fijo pero no inactivo registrando enfrentamientos y escaramuzas has los últimos días de marzo de 1939. Muy cerca, en el Peñón de la Mata, a la vista de estas trincheras, se produjo la acción militar más salvaje y sangrienta de este frente. El bando franquista levantó una serie de posiciones fortificadas dotadas de trincheras, búnkeres y refugios que se conservan en bastante buen estado. En parte porque se hicieron con buenos materiales y en parte porque la repoblación posterior de la zona las ha mantenido ocultas entre los pinares. Son profundas, tienen un aspecto casi moderno, levantadas con muros de hormigón en los que se ven las huellas de los encofrados, aspilleras, galerías, etc. Nada que ver, por ejemplo, con las trincheras de la Casa de Campo en Madrid, apenas zanjas en el suelo y mucho más humildes.


Trincheras en las Veguillas
Posición almenada

Refugio en el Llano del Fraile

Paredes de enconfrado

Trinchera

Posición

El Peñón de la Mata, de sangriento recuerdo

Acceso a un bunker

Interior del bunker

En la distancia el Majalijar
Un descanso

Aspilleras

Al fondo Cogollos-Vega y el pantano del Cubillas


Para la comida teníamos en la cabeza la morcilla de Beas de Granada, de la que nos habían hablado muy bien y que habíamos catado con gran éxito unos días antes en un bar de Granada. Con esas nos dirigimos al tal pueblo, recalando en el restaurante del camping que nos habían aconsejado. El sitio es agradable, desde su terraza queda a la vista el Mulhacén, el Veleta y casi toda la sierra. La comida fue agradable y buena, el vino muy rico... ¿El único inconveniente? Que no había morcilla. Para quitarnos el disgusto tuvimos que acercarnos al pueblo, preguntar donde la podíamos conseguir y conseguirla. Y está muy rica, la verdad. 

La terraza del camping de Beas de Granada

La cerveza, tan fresquita

Lomo de orza, croquetas, chorizo... pero no había morcilla!

Nos lo comimos todo
  
El Mulhacén desde la mesa en la que comíamos

Para la comida teníamos en la cabeza la morcilla de Beas de Granada, de la que nos habían hablado muy bien y que habíamos catado con gran éxito unos días antes en un bar de Granada. Con esas nos dirigimos al tal pueblo, recalando en el restaurante del camping que nos habían aconsejado. El sitio es agradable, desde su terraza queda a la vista el Mulhacén, el Veleta y casi toda la sierra. La comida fue agradable y buena, el vino muy rico... ¿El único inconveniente? Que no había morcilla. Para quitarnos el disgusto tuvimos que acercarnos al pueblo, preguntar donde la podíamos conseguir y conseguirla. Y está muy rica, la verdad. 

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