En
la entrada anterior se decía que la excursión al cortijo del Hornillo es una
peregrinación al encuentro de las magníficas vistas que allí hay, las que se
presentan de improviso, sorpresivamente. En esta de hoy no se da tal sorpresa,
no la hay. Las vistas son grandiosas pero están presentes desde el primer paso
y durante todo el camino. Aquel paseo del Hornillo es por una vereda que va hacia
unas vistas y este de las Catifas es por otra que no va hacia, sino que está en
mitad de las vistas.
Tuvimos
suerte y aunque gélido, el día fue
magnífico y claro como suelen ser los días de invierno con viento norte.
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Mañana fría |
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la cara norte, a la vista desde el primer paso |
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Collado Alguacil |
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Primeros metros del camino |
La
ruta parte del Collado Alguacil y llega hasta el Alto de las Catifas. Son unos 15 Km. ida y vuelta. Va desde
unos 1.900 metros
de altura hasta 2.336. Es vereda buena y bien marcada, trazada por el mismo
filo de la cuerda o cordel de las Catifas. Es un páramo áspero y frío, alomado y suave
de relieve, rodeado de barrancos, elevado sobre el entorno, sin estorbos a la
vista y abierto a todos los vientos que arañan la cara del caminante. No hay refugio
ni resguardo. Es la contrapartida, el
pago al disfrute de tan amplio horizonte.
Catifa
o alcatifa es, según la RAE, un tapete o alfombra fina. De procedencia arábiga,
se usa también en portugués y catalán. A la vista del significado el topónimo
parece acertado. Una continua y uniforme cubierta de enebros y piornos recorre en
una y otra dirección la loma por la que andamos. No hay árboles ni rocas ni
obstáculo alguno que interrumpan el aspecto alfombrado.
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Avanzando por la alcatifa |
Al
inicio del camino, el Collado Alguacil, se llega desde Güejar-Sierra por una
carreterilla estrecha y pendiente que va ganando altura con mucha rapidez. Por
debajo van quedando el Genil, el Maitena, los cortijillos, los castaños y los
bancales escalonados por las laderas.
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El fondo de los barrancos |
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Los cortijillos van quedando abajo |
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La nieve movida por el viento en las alturas |
Desde
el mismo collado se
desvela un paisaje que ya se mantendrá casi inalterable el resto del camino.
Hacia el sur la cara norte de los tres miles, desde el Picón de Jerez hasta más
allá del Veleta. Siempre impresionantes especialmente cuando están nevados.
Delante, la loma de los Cuartos que separa al Genil y al Maitena, justo debajo
de nuestros pies. Como en pocos sitios se aprecia aquí en toda su enormidad el
barranco del Guardón y el Corral del Veleta y según se avanza hacia el este, va
cogiendo el Cerro de los Machos un perfil y aspecto alpino importante. Desde
las Catifas quedan justo enfrente los Lavaderos de la Reina, que ahora completamente
nevados parecen una pradera blanca y aborregada. Más allá la línea de cumbres
camino de Almería con el Chullo y el puerto de la Ragua sobre el Marquesado del
Cenete.
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Corral del Veleta |
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Sierra Nevada hacia Almería |
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Nacimiento, congelado, de agua |
A
la espalda se puede ver, es cosa más corriente, la Vega, Granada, La Maroma confinando
con Málaga, Loja, Garapanda... Pero es al este y al norte dende la relación de
lugares y accidentes visibles se vuelve apabullante: Toda la sierra de Rétor,
Darro y Diezma, los Montes Orientales, Maginar... Más a la derecha, detrás de
Guadix y de los llanos del altiplano, las sierras de las Villas, Cazorla, el
Pozo, Castril y la Sagrar. Un poco más a la derecha Baza y detrás la sierra de
María, ya en Almería y sobrevolando Murcia.
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LLegando a las Catifas |
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El vértice geodésico de las Catifas |
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Al fondo, detrás del Calar de Güejar, Granada, la Vega... |
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Antiguo albergue de San Francisco |
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Lavaderos de la Reina |
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Cerro de los Machos |
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Umbría de Viznar y a la izquierda Moclín, a la derecha Alcalá |
Contemplado
todo a la vez, en visión panorámica, la impresión es sensacional, como estar
volando por encima de un mapa. Algunos detalles no se aprecian mucho a simple
vista. Sólo se descubren al editar las fotografías, al modificar contrastes y
colores para mejorar la claridad. Se descubre Mochín y su fortaleza, Alcalá la
Real y la suya, el castillo y santuario de Tascar, Iznatoraf en su cerro sobre
la Loma de Úbeda, a sus pies Villacarrillo y en lo hondo de la neblina
Torreperogil y Sabiote. Úbeda y Baeza quedan ocultas por Sierra Mágina. Casi al
alcance de la mano las vegas de melocotones y alamedas de Fardes, Guadix y Purullena,
el malpaís de barrancos cubistas camino del Negratín.
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El Mencal, detrás sierras de Cazorla y el Pozo |
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Mencal, detrás Peña de la Dehesa y detrás Puuerto Ausín y cerros de la Magdalena y Vítar sobre Quesada |
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Rayal y debajo santuario y castillo de Tíscar |
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Alquife, Lacalahorra, Dólar... |
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Guadix |
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Iznatoraf |
Es,
lo que se divisa, el sector oriental de la frontera del reino de Granada. La tierra
de los romances fronterizos, moriscos,
del romancero viejo. Viendo una de las fotos se me viene a la memoria aquel
de...
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Caballeros de Moclín
peones de Colomera,
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entrado habían en acuerdo,
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en su consejada negra,
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a los campos de Alcalá
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5
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donde irían a hacer presa.
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Y
ya está. No me voy a extender más porque no será esta la última ni principal
ocasión de mencionar la Frontera, a los romances, a Carriazo, a Tíscar, a
Menéndez Pidal y su "Flor Nueva de Romances Viejos" que son los de mi
predilección. Sólo añado que aunque sin fotos, comimos en Las Lomas, a la
entrada de Güejar. No estuvo mal pero la cerveza, como casi siempre en Granada,
si la tiraron mal y el queso, recién sacado del frigorífico, como que perdía
gracia.
Como
nota final, N.B., añadir que los perros, Lobo y Luci, van atados porque es
obligatorio en los parques nacionales y que en cualquier caso lo irían, porque
son unos cabroncillos que ven un rebaño de ovejas y lo corren por toda esta provincia
y alguna de las limítrofes.