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domingo, 13 de julio de 2014

Río Dílar




Río Dílar
Esta semana ha hecho mucho calor. Estamos entrando en la canícula y la temperatura pasa a ser un criterio determinante a la hora de elegir ruta. Y pocas tan frescas como la que remonta el río Dílar desde la central eléctrica. Los continuos cruces de orilla que hay que hacer, metiéndose directamente en el agua, proveen de refrigeración al caminante que además se ve protegido del sol por lo umbrío y arbolado del paraje.

Esta vez tampoco hemos estado los cuatro (ya se sabe que somos gente mayor pero por eso muy ocupada) aunque hemos suplido las faltas con la incorporación de las nuevas generaciones. Y no perdonamos la cerveza y hasta una segunda fase de vino y pescado.

El río Dílar  nace arriba bajo el Veleta, en la zona de los lagunillos. Cuando deja las alturas y las praderas, antes de presentarse en la Vega, se encajona en un angosto barranco o casi mejor dicho, cañón. A un lado se despeña la línea de cumbres de los Alayos y al otro los arenales dolomíticos que bajan del Trevenque y que terminan en espectaculares tajos en la Boca de la Pescá. Por entre medias, en el estrecho hueco que queda, corre el río Dílar sombreado por un tupido bosque de ribera. En algunos tramos el soto es especialmente espeso y está formado por chopos, sauces, olmos, zarzamoras, juncos, torviscos, cornicabras, majuelos, etc. En sus límites los olores a lavanda, tomillo, salvia, romero, etc, aliñan el camino. Mucho mas rala es la vegetación en la zonas de arenales dolomíticos donde se reduce a los espartos y algunos tomillos y espliegos. Por la otra parte densos pinares visten las cuestas y barranqueras.

El camino comienza en el merendero Los Alayos poco antes de la central eléctrica. Es una zona habilitada como recreativa con mesas junto al río, lo que da idea de lo poco recomendable que resulta en los fines de semana y fiestas de guardar. La ruta es sencilla, de poco más de 10 Km. ida y vuelta y sin pendientes fuertes. Por indicar alguna complicación que en realidad es uno de sus atractivos, el cruce del río. Se pasa continuamente de una orilla a otra metiéndose directamente en el agua, a veces a la altura de la rodilla. Durante épocas más frías puede ser un inconveniente serio pero ahora es un placer ir mojándose los pies a cada poco y andar por el agua absolutamente cristalina y virgen nacida del deshielo. Una excursión anfibia y por tanto el calzado debe ser ad hoc, que se pueda mojar y que suelte rápidamente el agua para no ir chancleteando (nada de botas de montaña impermeables en las que una vez ha entrado el agua ya no sale).

Otro atractivo de la ruta es la central eléctrica "Nuestra Señora de las Angustias" (¡que imaginación poniendo nombres!). Está todavía en uso y se puede oír el zumbido de las turbinas. Se alimenta de las aguas del canal de la Espartera, tan conocido por los  senderistas, y que rodeando la Boca de la Pescá cae por una tubería de 407m de caída. La inauguraron a principios de los años veinte del pasado siglo. Su destino no fue el alumbrado público sino el suministro de electricidad a la fábrica de pasta de papel obtenida del esparto que existió en Benalúa de Guadix. Una línea de alta tensión conectaba la central y la fábrica. Yo esto no lo sabía y me acabo de enterar con sorpresa de que el canal de la Espartera no se refiere a ninguna señora sino a una sociedad anónima ("la espartera de Benalúa"). En su tiempo fueron importantes obras de ingeniería la línea de alta tensión y la central: Hoy día el canal sigue impresionando por su inaudito y dificultoso trazado. En el enlace se describe el canal, la línea y la central mientras que en este otro enlace se habla de la historia de la fábrica.


Y ya por último ese comentario sobre lo que más importa a la afición: ¿como se come y se bebe?. Pues muy bien. El merendero Los Alayos está en mitad de una alameda junto al río. Abierto y diáfano, el fresquito y el ruido del agua acompañan la consumición. Este viernes estaba muy tranquilo (no respondo un domingo). Aunque no nos quedamos a comer (ya se sabe, las obligaciones de la gente de edad) sí nos tomamos unos refrescos con una magnifica tapa de embutidos y de tortilla. Se come aquí lo que toda la vida se ha comido en los merenderos y a juzgar por la muestra y por las referencias se come muy bien. Tanto que procuraremos otra ruta por la zona sólo para volver a este establecimiento antes de que cierre en septiembre. Y bueno, sólo añadir que la parte que mantuvimos el campo terminamos comiendo "pescao frito" con unos vinos fresquitos en los Diamantes. Pero eso además de no tener mérito por ser valor seguro está fuera del contexto de la ruta.


Desayuno en Armilla

Esta foto es de este invierno desde el canal de la Espartera. La ruta de hoy va por el fondo de ese cañón.
El equipo(sin reportero)



Aprendiendo a vivir al borde del precipicio

¡Están locos estos romanos! pensarán al vernos allí por gusto


El inicio del camino

Entre los escarpes...

...y el río

Pues eso, a darle a los pies...

Los tramos al sol, a plomo caía



Espesuras del soto

Umbrías

Río Dílar

Un partidor, no se si de acequia de riego o algo de la central

Hay que tener cuidado al andar con las zarzas y ramas secas

Zarzamora

Esta no se lo que es, cuando lo averigüe lo pondré

Un granado, que me llamó la atención por estar en flor, a mediados de julio!!!

El río... nunca se deja de oir...


Cruzando el río I

Cruzando el río II

El río en su laberinto

El camino cruza continuamente de una orilla a la otra

Que fresquito!

A partir de este los tragos ya no fueron de agua


Central eléctrica Nuestra Señora de las Angustias. En la esquina superior derecha el primer poste de la línea de alta tensión que ya era de cemento armado.

407 metros de caída tiene el salto de agua

A ratos el olor de los pinos y la resina

A ratos el sol y el calor

Viejos cables ya sin uso que unen la toma del canal y la central eléctrica

Algún repecho pero de poco pelo

Aparte familiar

Entre tomillos y espliegos

Arenales dolomíticos

Avanzamos a la sombra de los Alayos

Ahora si se ve bien la Boca de la Pescá y su caseta de incendios

Tonteando en el río

Un alto en el camino

Agua

Más agua

El agua fresca y clara es vida y prosperidad

El sonido del agua

Y la vuelta como siempre, al trote cochinero porque ya se huelen las tapas. Bueno, eso los mayores, los menores a sus cosas...

A la orillita del río

Pues eso, merendero los Alayos

No venden tabaco, no admiten perros y no se puede entrar sin camiseta pero es un sitio muy agradable

Esto es tapa, no raciones. Y falta la tortilla de patatas, que rica! Aquí lo creativo no es la cocina sino la conversación

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